sábado, 30 de abril de 2016


Del Día de la Madre tengo recuerdos confusos de todos aquellos años de mi infancia en los que realizaba, en clase de manualidades, un pequeño objeto como declaración de amor.

 A día de hoy, en mi calidad de madre y madrastra, confieso que no espero que la casa se me llene de globos y flores, prefiero que el amor se divida de a poquitos en cada uno de los días del año para sentir que tiene algo de sustancia. Eso sí, si en una de estas nos reunimos para comer, fiel a la creencia de que “amor con amor se paga”, correspondo a dicho cariño poniendo sobre la cuenta del restaurante mi tarjeta de crédito. Sólo me quejo, y muy de vez en cuando, de que ningún gasto de los que asumimos los padres y madres subvencionadores pueda desgravarse a Hacienda.
Elvira Lindo. El País.

Recuerdos de Noches con Arte, abril 2016